El Friso de Beethoven es una sobresaliente pintura del artista modernista austriaco Gustav Klimt. En el año 1902, Klimt concluyó el Friso de Beethoven con motivo de la 14ª Exposición de la Secesión vienesa, destinada a homenajear al compositor, y cuya pieza fundamental sería una monumental estatua polícroma de Max Klinger.
Destinado solamente a esta exposición, el friso se pintó sobre las paredes con materiales ligeros. Después de la exposición la pintura se conservó, pero no volvió a exhibirse hasta 1986. Actualmente se puede visitar acudiendo al Pabellón de la Secesión de Viena.
Pues bien, el acceso del público del «Friso de Beethoven» de Gustav Klimt estaría en el aire en el caso de que la obra retornase a los herederos de la familia coleccionista judía austriaca Lederer, que todavía no han decidido que harían con este friso. La incógnita está totalmente abierta.