El Museo de Historia del Arte de Viena permite ver varias obras de Gustav Klimt de una forma directa y original para celebrar el 150 aniversario del nacimiento del pintor austriaco.
De este modo, un puente que se levanta 12 metros sobre la pared norte del vestíbulo de la pinacoteca, permite acercarse e intimar con las pinturas con las que Gustav Klimt decoró la escalinata principal del edificio en el año 1890. Todo un lujo.
Aquel trabajo, realizado por Klimt, su hermano Ernst y su amigo Franz Matsch, inunda los espacios entre las columnas y lunetas del vestíbulo con una serie de pinturas que simbolizan la evolución del Arte, desde el Antiguo Egipto hasta el Renacimiento italiano.