Una forma diferente y original para conocer Viena es subirse a una bicicleta y comenzar a dar pedales. La capital austríaca cuenta con más de 1.200 kilómetros de carril bici distribuidos a lo largo de toda la ciudad.
La bicicleta es un medio de transporte flexible, ecológico y encima ahorra los engorrosos problemas de aparcamiento en una gran ciudad Viena ha puesto en marcha varias medias para fomentar el uso de la bicicleta en sus calles. Desde 1986, la red de carril bici vienesa se ha quintuplicado y sigue aumentando año a año.
El turista puede alquilar una bicicleta en las numerosas agencias de alquiler de las mismas que existen por toda la ciudad. Asimismo, en el casco histórico de Viena y alrededores se ha puesto en marcha el innovador sistema de préstamo de bicicletas, denominado Citybikes. Con la Citybike Tourist-Card se puede alquilar una Citybike por dos euros durante 24 horas.
A renglón seguido, uno puede pasear tranquilamente con su bicicleta mientras contempla los monumentos y los atractivos culturales y naturales de la capital de Austria. Resulta una experiencia ir en bicicleta por el Prater, por la orilla del río Danubio y por el casco histórico. .
Por último, recomiendo conmpletar en bicicleta el Circuito temático del Ring. Por esta senda de bicicletas se va por debajo de los árboles de la alameda de la Avenida del Ring. Además, se admira los edificios del teatro Burgtheater, el Ayuntamiento, el Parlamento, el Palacio imperial Hofburg, el Museo de Historia Natural y el Museo de Historia del Arte, la Ópera del Estado Staatsoper, el parque Stadtpark y el edificio del Urania. Todo un lujo.
Por lo tanto, si tenéis tiempo, os gusta la bicicleta y queréis conocer Viena desde otro punto de vista, os recomiendo que alquiléis una bicicleta y os pongáis a pedelear por esta ciudad tan musical como bella.
Foto vía Viajes en bicicleta