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Cafeterías y coctelerías en el casco viejo de Viena

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La zona de Viena con más puntos de interés, Innere Stadt (casco viejo), es también la parte más antigua de la ciudad y Patrimonio Mundial de la Unesco. En esta zona, hay varias cafeterías y coctelerías que merece la pena conocer durante la estancia en la capital de Austria.

1º.  Aida (Stock-im-Eisen Platz, 2):

Esta cafetería abre de 7.00 a 20.00 horas de lunes  a sábado, y de 9.00 a 20.00 horas el domingo. Icono del panorama de las Konditorei (pastelerías), brinda un viaje en el tiempo  a los amantes del café. Su decoración concuerda con su aspecto retro de la década de 1950, y casi todos sus clientes son jubilados.

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Cafés y bares en la zona de Opera y Naschmarkt

En Opera y Naschmarkt, dos populares zonas de Viena, el turista dispone de numerosos cafés y bares donde tomar algo, coger fuerzas o disfrutar de una agradable velada charlando, bebiendo y  comiendo. Entre todos ellos, os dejo la siguiente selección.

1º. Café Ritter (Mariahilfer Strasse, 73):

Se trata de un café tradicional ubicado junto a una zona comercial que cuenat con la obligada selección de cafés, tartas, tentempiés y periódicos. Supone un buen descanso tras una dura jornada de compras.

2º. Barfly’s Club (Esterhayzgassde, 33):

Este elegante bar, situado en el hotel Fürstt Metternich, ofrece una amplia variedad de cócteles, así como música jazz y swing en directo.

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La pastelería vienesa

En Viena, podemos disfrutar de excelentes dulces y sabrosos postres. Si eres goloso, en la capital de Austria disfrutarás como nunca. Conozcamos los mejores pasteles, dulces y postres de Viena. Y, por supuesto, si vas a Viena hay que degustarlos.

1º. Sachertorte:

Esta deliciosa tarta, cubierta con una capa de mermelada de albaricoque sober la que se vierte otra de chocolate, fue inventada por Franz Sacher en 1832 y constituyó un descubrimiento culinario que conquistó todo el mundo. La receta original sigue siendo un secreto.

2º. Gugelhupf:

Este pastel admite distintos ingredienets, entre ellos almendras, cacao o chocolate. Su nombre hace referencia al molde redondo en que se hace. Según la leyenda, el emperador Francisco José comía un pedazo cada vez que visitaba a su amante, la actriz Katharina Schratt, con el café de la tarde.

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La comida vienesa

En Viena, uno puede comer muy bien y muchos lugares. Se trata de una ciudad donde se pueden degustar todo tipo de cocinas. En este caso, nos vamos en lo más típico de la comida vienesa.

1º. Leberknödelsuppe:

Los austríacos son muy aficionados a las sopa y el almuerzo o la cena a menudo comienza con un ligero caldo de carne. Esta variante, con bolitas de hígado, es, sin duda, la riena de las sopas austríacas.

2º. Frittatensuppe:

Casi todas las sopas se cocinan con caldo de carne, aunque se sirven con diferentes tipos de guarnición. Un acompañamiento muy popular son las Frittaten, con pequeñas tiras de crepes condimentadas con un pellizo de hierbas.

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Cafés vieneses

Cuando en septiembre de 1683 los turcos ya llevaban dos meses sitiando Viena y la vida se hacía insostenible en la ciudad, el general encargado de defenderla buscó un emisario capaz de romper el cerco y avisar a las tropas del rey de Polonia, que debían estar cerca.

Apareción entonces un tal Kolschitzky, nacido en 1640 en Armenia, que era comerciante de productos orientales y hablaba turco. Vestido de turco, salió del casco urbano, atravesó el campamento turco y llegó hasta las posiciones polacas. Dos días después el ejército polacó salvó a Viena y los turcos se fueron.

Los hambrientos vieneses se lanzaron sobre los víveres. Entre ellos, encontraron unos sacos llenos de granos color verdeguís, que creyeron que era pienso de camello. Era café. Kolschitzky obtuvo la carga como pago a su gesta y abrió el primer café de Viena, cerca de la catedral.

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