Por primera vez, el palacio-museo Belvedere de Viena pone en aliza una completa perspectiva general de la obra de los artistas simbolistas en el arte austriaco y centroeuropeo en torno al inicio del siglo XX.
La exposición Dekadenz – Positionen des österreichischen Symbolismus (Decadencia: aspectos del simbolismo austriaco) se puede visitar hasta el próximo 13 de octubre. En esta muestra se pueden ver soberbios trabajos de Gustav Klimt, Egon Schiele, Oskar Kokoschka y figuras menos conocidas como Koloman Moser, Eduard Veith, Giovanni Segatini y Karl Mediz.
Uno de los trabajos más importantes de esta exposición es la famosa Judith I creada por Klimt en 1901. Por otro lado, El juicio de Paris de Max Klinger se trata de un magnífica obra que une pintura y escultura, además refleja la flamante función que el artista halló para el marco como elemento para relanzar la obra de arte y situarla en la frontera de lo tangible.
Por otra parte, en esta exposición se puede contemplar numerosas pinturas de Eduard Veith, que se remontaba etéreo y anacrónico a la mística del Medieveo. Estas pinturas son todo un hito.
Las obras de esta exposición descubren el deseo de reunir al ser humano con la naturaleza y dejar de lado la carga del progreso, la fuerza de las figuras femeninas, frecuentes referencias a la muerte y a la transición al más allá.
Por último, esta muestra dedica una de sus partes a la relación de los simbolistas con el afamado compositor alemán Richard Wagner, que con el notable ciclo de óperas de El anillo del nibelungo influyó en los artistas plásticos para que elaboraran algunas de las obras más representativas del simbolismo de Austria.
Foto vía 20minutos.es