Los Heurige de Grinzing

Viena Heuriger

Uno de los grandes atractivos de Viena son los viñedos que se concentran al norte de la ciudad, al pie del monte Kahlenberg:  cuestas, sendas, escaleras y locales donde catar el vino.

Heuriger (podría traducirse por «hogaño») se llama, por una parte, el vino de ese año, desde la vendimia hasta el día de San Martín (11 de noviembre) del año siguiente; y, por otra parte, los locales en los que se sirve y que no son tabernas al uso, aunque el turismo vaya borrando esa diferencia, sino locales con una licencia especial y limitada para venderlo.

Su origen se remonta al siglo XVIII, cuando José II reguló legalmente las licencias a los vinateros para vender en sus propias casas parte de la cosecha del vino.

Los Heurige tienen colgada a la puerta una rama de alerce («Föhrenbuschen») y cuentan con un buen patio en el interior; pero no pueden servir comida caliente y sólo sirven ese vino. Abundan en todos los barrios del Kahlenberg (Kahlenbergordf, Nussdorf, Grinzing) pero el más concurrido y de fácil acceso es Grinzing.

Se va en transporte público. Desde la parada del autobús, calle arriba, se suceden los Heurige. Habría qu aslir del centro a las 17.00 horas y darse una vuelta buscando el local que a uno más le guste, disfrutando al atardecer y las panorámicas. Si se va en grupo, es conveniente reservar.

El vino que se sirve es blanco en un 90% y la comida (quesos, ensaladas, embutidos y algún sencillo plato) hay que comprarla en el mostrador al peso. Se pide un cuartillo (Viertel)  o medio cuartillo (Achteri), una jarra de dos litros (Doppler) y más raramente «eine Boutelle» o un «Gespritzer» (un cuartillo con soda).

El vino no se sirve como se cosecha, los vinateros ponen una madre de la añada anterior (G’mischter Staz), aunque nunca lo confiesen. Si se desea beber vino de años anteriores, se pedirá un «alte».

Foto vía Descubrir Mundo