Antiguo pueblo de viticultores, Grinzing está englobado hoy en día en el distrito 19 de Viena. No obstante, ha conservado todo su encanto con sus casas antiguas (de los siglos XVI y XVIII), todas ellas la mar de bonitas, ocultas bajo las vides emparradas. Un lugar muy turístico.
En el casco antiguo se puede ver la iglesia y su pintoresco campanario en forma de bulbo y recorrer las deliciosas Sandgasse, Himmelstrasse y Conbenzlgasse (bello patio en el número 9).
Grinzing era un de los lugares de paseo favoritos de Schubert. Justo después de la iglesia del pueblo, a la izquierda subiendo por la calle principal, en el número 1 de la Himmelstrasse, el rostro del músico aparece esculpido en un panel de la pared exterior de la fachada de una bonita casa de color amarillo.
Más lejos, un viejo albergue de 1530, la Weingut Reinprecht Heuriger, expone en su porche de entrada una colección importante de sacacorchos. A priori no tiene ninguna relación con Schubert, salvo que el compositor gustaba de frecuentar con sus amigos las Heurigen de Grinzing, donde apreciaba el calor humano y la sencillez de la gente.
Además, en la década de 1930, antes de irse de Viena, Sigmund Freud venía a descansar a una casa de Grinzing en compañía de su mujer y de sus hijos. En el castillo de Bellevue, en Grinzing, el 24 de julio de 1895, Freud logró interpretar por primera vez un sueño en su totalidad.
Por otro lado, en el cementerio de Grinzing se halla la tumba de Gustav Mahler (1860-1911), enterrado junto a su hija. En la lápida, ninguna inscripción, sólo su nombre: «Quienes me busquen ya saben quién era yo, los demás no necesitan saberlo…».
En torno a Grinzing, en la ladera próxima al Wienerwald, se extienden otros pueblos vitícolas, Sievering, Neustift y Nassdorf, menos turísticos, pero también sin el encanto de Grinzing.
Foto vía Tour My Country