Karl Marx Hof

Karl Max Hof se trata del conjunto proletario más célebre de la ciudad, símbolo de la Viena roja. Cerca de 1.000 metros de longitud y 1.600 alojamientos. Fue constrido por Karl Ehn en 1927. A pesar de su situación entre la carretera y el ferrocarril, el arquitecto logró edificar un conjunto coherente y armonioso; desde luego, con el máximo de equipamientos colectivos.

Tres grandes patios interiores y, en medio, una plaza inmensa con un soberbio edificio al fondo. Con sus tonalidades ocre y rojo, el diseño geométrico de la fachada, sus esculturas monumentales, sus amplios pasajes abovedados, parece casi un decorado teatral. De hecho, puede pensarse que los arquitectos de la época querían poner en escena a los obreros, verdaderos actores de la Historia. Delante, una estatua de un joven sembrador, a medio de camino entre el estilo neoclásico y el realismo socialista.  

El Karl Marx Hof, bautizado como la «fortaleza roja», fue un bastión de la resistencia a los fascitas a raíz de la guerra civil de 1934. El Gobierno de Dollfuss hizo cañonear el barrio, tanto para destruir este símbolo obrero como para liquidar a los rojos.

Luego, perdió  tal sobrenombre, y los alquileres se multiplicaron por dos. Se publicaron postales con los edificios destrozados, como último homenaje inconsciente a la política de los socialdemócratas.

En 1977, el Karl Marx Hof fue declarado monumento histórico. Hoy  en día, figura entre los circuitos turísticos solo como obra art decó. A propósito, último guiño nostálgico y sentimental relacionado con la Viena roja: los jardines obreros, situados a lo largo de la vía férrea, hacia la estación de Metro, son ahora pequeños fragmentos de campiña, limpios, ordenados, con cabañas la mara de coquetonas o pequeños chalés.

Por último, junto al Karl Marx Hof, en la línea del tranvía, se halla ubicado el restaurante Provaci. Aquí se puede degustar  una auténtica y buena cocina italiana ap rcios bajos al mediodía y con un trato agradable.

Foto vía ABC Blogs