Una vez se hayan visitado los monumentos de la capital de Austria, disfrutado de su gastronomía y conocida su cultura, llega el momento de deleitarse con la Viena al aire libre.
Permanecer activo y al aire libre corre por las venas vienesas. Dado esplendor montañoso de Austria, los deportes de nieve son muy populares en este país del centro de Europa. El mejor sitio para esquiar es su sector occidental, pero incluso en el área metropolitana hay un par de diminutas pendientes.
Ir de excursión por los alrededores de Viena es coser y cantar. Basta con subir a un tranvía o un autobús hasta el final de la línea y empezar a escalar. Algunos de los sitios más accesibles para hacer caminatas son el Wienerwarld (Bosque de Viena) y el Lainzer Tiergarten, en los límites occidentales de la capital de Austria.
Muchas de las rutas son para excursionistas ocasionales, y lo más bonito es que se tropezará con alguna Heuriger, lo que brindará un modo muy respetable de rematar un agrabade día de excursión de Viena.
Por otro lado, más allá de los límites urbanos los pueblos del valle del Danubio también son excelentes bases para hacer caminatas y para disfrutar de un apacible día al aire libre. Los canales nuevos y viejos del Danubio se hicieron para nadar y navegar.
Además, en la capital de Austria, exiten varios verdes parques como el conocido Prater y el bello Donauinsel (Isla del Danubio). Estos parque ofrecen mucho espacio para estiras las piernas, caminar, correr, ir en bici, montar en patines, etc. De hecho, el ciclismo es uno de los mejores modos de disfrutar del aire libre y ver la ciudad austríaca (incluso se puede alquilar bicicletas).
Después de tanta actividad quizá se quiera ir a un hammam (baño de vapor turco). El mejor está en un local que hace las veces de discoteca, Aux Gazelles, situado en el número 5 de la Rahlgasse.
Foto vía Previaje.com
