Matthias Sindelar, un icono de Viena

Matthias Sindelar es el mejor futbolista austríaco  de todos los tiempos (incluso se puede decir que es el mejor deportistas austríaco de la historia). Lo llamaban El Mozart del fútbol por su elegancia en el juego. En Viena, si dices su nombre la mayoría sabrá a quien te refieres. Es algo más que un futbolista, es un icono, un mito, un hito.

No obstante, Matthias Sindelar no nació  en Viena sino que vio la luz en la localidad bohemia de Jihlava, incorporada entonces al Imperio Austrohúngaro, en el seno de una familia judía obrera de etnia checa Sindelar nació el 10 de febrero de 1903. A los tres años, su familia se instaló en Viena .  Sindelar vivió  en el barrio obrero vienés de Favoriten y allí comenzó a jugar fútbol en las calles.

A los 15 años, fichó por el Hertha Viena y luego se incorporó al Austria de Viena donde triunfó plenamente. A los 23 años, Sindelar debutó con la selección austríaca con la que jugó 44 partidos maracando 27 goles y consiguiendo grandes resultados (semifinales del Mundial de 1934 y medalla de plata en los Juegos Olímpicos de 1936)

Sindelar era un delantero centro goleador, técnico, regateador, inteligente y con una clase maravillosa. Su fama llegó a toda Europa y fue  y fue uno de los primeros futbolistas del mundo en aparecer en anuncios publicitarios.

Luego, Sindelar destacó al posicionarse claramente en contra del nazismo cuando los alemanes invadieron Austria en 1938. Incluso rehusó abandonar su países e incorporarase a  la selección de fútbol de la Alemania nazi con miras a la Copa Mundial de Fútbol de 1938

Al mismo tiempo Sindelar era reportado desfavorablemente en los informes de la Gestapo nazi y catalogado como: «reacio a acudir a manifestaciones del Partido» y como «amistoso hacia los judíos«. De hecho, apoyó abiertamente a varios judíos en distintas ocasiones.

 Finalmente, Sindelar fue encontrado muerto junto a su novia, Camilla Castagnola, italiana de origen judío, en su departamento de Viena el 23 de enero de 1939. Los informes oficiales de la época indican que la causa de muerte fue inhalación accidental de monóxido de carbono; nunca se sa sabrá lo que pasó realmente.

 Al funeral de Sindelar acudieron más de 15.000 personas en las calles de Viena, todo un hito en una Austria dominada por el nazismo. Sindelar había entrado en la leyenda vienesa para siempre.

Foto vía El Espectador