Las alcantarillas de Viena

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La famosa película «El Tercer Hombre» (1949)  ha convertido a las alcantarillas de Viena en un icono de la historia del cine. En la parte final de dicha película, traicionado por su viejo amigo y perseguido por la policía, Harry Lime huye a través de las alcantarillas esperando encontrar una posible salida en la zona soviética.

Pero el subsuelo de la capital austríaca, reino de millones de ratas y de olores pestilentes, no es más que un inmenso laberinto de canales y de galerías húmedas que poco a poco se cierran sobre él como una trampa. Las escenas mas cautivadoras de la películas se rodaron allí.

En 1948, existía una Underground Police, una policía subterránea encargada de vigilar la enorme red de alcantarillas de Viena. Los agentes secretos podían, pues, circular sin control de un sector a otro. Los aliados no se habían repartido las alcantarillas en sectores. Las entradas estaban disfrazadas en quioscos publicitarios por toda la ciudad. Los rusos se negaban a que se bloquearán.

En la película, Lime penetra en las alcantarillas de Viena levantando una a una, y a toda velocidad, las seis placas metálicas de forma triangular que ocultan la entrada de una escalera en espiral que permite acceder a la red.

 

Hoy en día, se sabe donde está esta boca de alcantarilla. Se halla cerca del puente de Friedensbrücke, en la acera que hace esquina con Aiserbanchstrasse y Rossauer Länder. La decoración vecina es irreconocible.

Desde ahí, se puede atravesar la avenida, bajar hasta la orilla del canal del Danubio al lado del puente. Allí se ve una espeica de galería subterránea (sin agua) que se hunde bajo la ciudad. Se trata de la entrada de la gran alcantarilla. Con una linterna de bolsillo, si se camina unos cien metros, se llega al lguar mismo del rodaje de «El Tercer Hombre». Eso sí, el olor es pestilente en este lugar.

Foto vía Me alegro de verte