El edificio de la Secesión

Este gran edificio cúbico de color blanco fue diseñado por el arquitecto Josef Maria Olbrich en 1897 como manifiesto del movimiento secesionista y su sala de exposiciones abrío en octubre de 1898. Se halla en la calle Friedrichstrasse, 12.

La mayor parte del interior original fue saqueado durante la Segunda Guerra Mundial y el edificio permaneció abandonado hasta la década de 1970, fecha en que se produjo un resurgimiento de la pasión por el Jugendstil vienés y fue recuperado de su decadente estado. Hoy en día, es uno de los exponentes más preciados de este período artístico vienés. Los vieneses se sienten orgullosos de su edificio, al que llaman cariñosamente «el repollo dorado», en referencia a su cúpula.

Vamos a conocer varios detalles de este icono de Viena:

1º. Arquitectura:

La planta del pabellón muestra unas formas geométricas sencillas de base cuadrangular. Su estructura se ve suavizada por algunas curvas y elementos decorativos.

2º. Fachada:

El edificio presenta un aspecto bastante sobrio debido a que sólo presenta dos colores: el blanco y el dorado. Su amplios muros lisos le dan la apariencia de haber sido construido por medio de la unión de varios cubo compactos.

3º. Cúpula:

La obra más destacada del, por lo demás, austero diseño es la cúpula, realizada con 3.00 hojas, doradas de laurel. El laurel simboliza la victoria, la dignidad y la pureza.

4º. Elementos decorativos:

El edificio está decorado con guirnaldas doradas de laurel, motivos florales y plantas, que recorren los muros y ofrecen un llamativo contraste con la sencillez de la fachada.

5º. Cabezas de gorgonas:

La zona de la entrada está decorada con las cabezas de tres gorgonas, alegorías de la arquitectura, la escultura y la pintura. Los laterales muestran unos búhos, que junto con las górgolas son los atributos de Palas Atenea, la diosa griega de la victoria, la sabiduría y la artesanía.

6º. Interior:

La sala de exposiciones, de forma basilical, cuenta con una amplia nave central y dos laterales más pequeñas que se pueden adaptar para cada exposición. Está cubierta por un tejado abovedado de cristal, que baña el interior con una luz constante y uniforme durante el día.

Foto vía Planeta Piruleta