Una ruta por las tumbas de Viena

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Vamos a conocer las mejores tumbas y los cementerios más destacados de Viena.  Se trata de una forma diferente de hacer turismo por la capital de Austria.

En primer lugar, el  Zentralfriedhof o Cementario Central es uno de los más  grandes de Europa. Hay enterradas casi 2  millones y medio de personas, en 330.000 tumbas. Se trata de un gran museo de historia y arquitectura, al aire libre.

Los vieneses van allí para visitar las tumbas de sus seres queridos, así como para conocer los  pequeños cementerios particulares que hay en su interior, con lápidas, esculturas, mausoleos, iglesias y hasta jardines que son como pequeñas obras de arte. Incluso acuden para hacer deporte o disfrutar de un concierto gratis, improvisado por miembros de la Filarmónica o cantantes del coro de la Ópera Estatal de Viena.

Los turistas lo visitan para seguir los pasos de los grandes de la música, la ciencia, las letras o la política, así como por su singular magia arquitéctonica. Es algo más que un cementerio.

El  Cementerio Central de Viena está dividido por una especie de manzanas, marcadas en su mayor parte por muchas religiones. Así, hay  varios cementerios católicos, judíos,  mormones,  musulmanes,   ortodoxos (divididos, a su vez, entre griegos, rumanos, búlgaros, serbios, sirios y rusos),  evangélicos y budistas.

También hay varios espacios exclusivos para los políticos, para todos los que fallecieron entre 1938 y 1945 por el nazismo, para los sacerdotes y para los soldados que murieron en la Primera Guerra Mundial, entre otros.

Sobresale  un cementerio especial para bebés o niños que mueren siendo aún muy pequeños, y otro exclusivo para quienes de forma  expresa han decidido, antes de fallecer,  que quieren donar su cuerpo para investigaciones científicas. Este último es denominado como  el Cementerio de la Anatomía.

Por otro lado,  la tumba de Wolfgang Amadeus Mozart se encuentra en el St. Marx Friedhof,  en el sur de la ciudad y en el barrio de Simmering. Asimismo,  la tumba del famoso pintor austriaco Gustav Klimt se halla  en el elegante cementerio de Hietzing.

Además, se puede visitar la Cripta Imperial de Viena, ubicada en la iglesia de los Capuchinos, en pleno centro de la capital. Allí descansan los 150 cuerpos de la realeza austriaca, desde 1633  hasta la disolución del Imperio Austrohúngaro, tras la conclusión  de la Primera Guerra Mundial. Y aunque ya no exista el imperio, sus descendientes continúan estando allí, como Carlos Luis y Otto de Habsburgo-Lorena, hijos de los últimos emperadores, que murieron en 2008 y 2011, respectivamente.

Por último, se puede acudir al  Cementerio de los Sin Nombre  donde se les daba sepultura (dejó de funcionar hace unas décadas) a todos los que morían, por suicidio o de forma  accidental, en el río Danubio.

Foto vía Tripadvisor