Innsbruck, una bonita excursión desde Viena

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Innsbruck  es la capital del estado de Tirol. Está localizada en el valle del Inn, en medio de altas montañas, el Nordkette al norte, Patscherkofel y Nockspitze  al sur. Se encuentra a 476 kilómetros de Viena. Su fama viene dada por ser un lugar ideal  para disfrutar con los deportes invernales.

Fue ciudad imperial de los Habsburgo y actualmente es uno de los centros de esquí más importantes de Europa, además de la capital del Tirol, la región de los Alpes que mejor conserva sus tradiciones y riquezas naturales. Si uno tiempo conviene viajar a Innsbruck unos días durante un viaje por Austria con punto central en Viena.

Innsbruck tiene un clima hemiboreal. Así, La temperatura media anual es de 9 °C. Los inviernos son más fríos que la mayoría de las ciudades europeas, con una temperatura mínima media en enero de -7 °C, que habitualmente lleva aparejada grandes nevadas. El clima en verano es muy variable: un día puede ser fresco y lluvioso, con temperaturas rondando los 15-16 °C, en tanto que el siguiente puede ser caluroso y soleado con temperaturas por encima de los 30 °C.  El mejor momento para visitar esta ciudad es otoño.


Sus paisajes son  el mayor atractivo. En la plaza central se alza el Tejado de Oro, que  está construido con 2.657 tejas bañadas en el preciado metal, la Torre de la Ciudad y el Palacio Imperial. También hay que visitar  el Museo Panorama donde destaca una pintura de 1.000 m² que representa la batalla de 1809 entre tiroleses y el ejército napoleónico; y  el estadio Bergisel, sede de los Juegos Olímpicos de Invierno, en donde cada 3 de enero se realiza una gran competición  de saltos de esquí.

Si se quiere ir de compras hay que acudir a la calle Maria-Theresia  que cuenta con dos ampliso centros comerciales: Kufthaus Tyrol, diseñado por el reputado arquitecto británico Chipperfield, y Rathausgalerien, del arquitecto francés Dominique Perrault.

A menos de 10 minutos se puede tomra el funicular y teleférico Nordkette, que sube hasta el pico Hafelekar, a 2.250 metros de altura. El recorrido, que tarda poco más de treinta minutos, arranca en la estación del Palacio Imperial. La primera parada es Hungerburg, o el Castillo del Hambre, en el que a pesar del nombre se encuentra un restaurante y la entrada al teleférico que sube hasta Seegrube, una estación a casi 2.000 metros que ofrece una sublime vista sobre el valle de Innsbruck.

Foto vía Lugares de nieve