El Museo Belvedere de Viena, con motivo del centenario de la Primera Guerra Mundial, ha puesto en marcha una exposición sobre la obra del pintor austríaco Albin Egger-Lienz, quien plasmó el sufrimiento, la hambruna y la destrucción que acarrean todos los conflictos bélicos.
La exhibición «Tontentanz» (Danza macabra) aprovecha el aniversario del comienzo de la 1ª Guerra Mundial para ofrecer una visión global de cómo era la vida y cuáles eran las influencias de Egger-Lienz.
El eje de esta muestra, que se puede visitar hasta el 9 de junio, es «Totentanz», una obra que el artista austríaco presentó en 1908 pero en la que continó trabajando hasta completar seis versiones hasta 1921.
Cuatro campesinos que marchan a la guerra dirigidos por una encarnación de la Muerte, se muestran en un lienzo lleno de simbolismo sobre los horrores de la guerra, una realidad que Egger-Lienz conoció muy bien.
El pintor se alistó en 1915 y estuvo en el frente italiano, donde trabajó como asesor artístico. Además, visitó las trincheras y pintó bocetos, óleos y reproducciones para la Cruz Roja durante la Primera Guerra Mundial.
El trabajo en el campo, las montañas y la religión católica cobran mucha relevancia en los cuadros de Egger-Lienz, quien logró transmitir las condiciones de vida de la población del Tirol, su región de origen, mediante los colores fríos y de su trazo firme.
Otras piezas de este autor como «Los sin nombre 1914» o «La guerra«, se suman a piezas de artistas de la talla de Otto Dix o Max Beckmann en ese recorrido por cómo la pintura de la época reflejó la crudeza de la guerra.
De este modo, el Museo del Belvedere trata de romper con los prejuicios que han rodeado desde siempre a la obra de Egger-Lienz, a quien se ha asociado tanto con el pacifismo, al interpretar sus cuadros como una crítica a la guerra, como con el movimiento nacionalsocialista. Toda ua incoherencia.
Aunque Egger-Lienz murió antes del ascenso de los nazis al poder, el régimen se interesó mucho por su obra, ya que su estilo recuerda al de los carteles usados como propaganda por los regímenes totalitarios del periodo de entreguerras.
Foto vía Actualidades