Como ahorrar durante tu viaje a Viena

Viena no es una ciudad precisamente barata, pero siempre se puede ahorrar algo de dinero siguiendo una serie de consejos. Aunque los precios no son nada bajos, tampoco unas vacaciones en Viena tienen por qué salir excesivamente caras. Solamente que prestar un poco de atención a algunas cosas.

En primer lugar, no hace falta alojarse en un hotel (y menos de cuatro o cinco estrellas). Los Gasthöfe y las pensiones de Viena suelen ofrecer la  misma calidad y en muchos casos un servicio y un trato más flexible, amable y familiar.

Otra opción pasar por hospedarse en los típicos albergues juveniles. La mayoría cuenta con habitaciones dobles y habitaciones familiares. Sólo hace falta tener el carnet correspondiente. Si no se alquila un apartamento, el desayuno, que siempre es abundante y variado, está incluido en el precio de la habitación.

Además, merece la pena despedirse del horario español y saltarse la comida para sustituirla por una café con un pedazo de esas maravillosas tartas austríacas y luego cenar pronto, no tarde, que es lo hace la mayoría.

Muchos hoteles y pensiones ofrecen media pensión lo que significa que incluyen desayuno y cena, aunque esto tenga la desventaja que uno deba atarse al horario y al menú fijado por el establecimiento hotelero.

Otra posibilidad para ahorrar pasa por reducir gastos es el pickinick, que puede ser una delicia si se prueban las ricas variedades de pan y los quesos, los embutidos y los vinos más tipicos de Viena y Austria.

Por otro lado, lo más caro en los restaurantes es la bebida. Por ejemplo, el vaso de agua mineral cueta tanto como una cerveza o cualquier tipo de refresco.

Por último,  los taxis de Viena son más caros que en otros países europeos. Se puede ahorrar mucho dinero si se va al aeropuerto o desde la estación al hotel en transporte público, sacándose un billete diario o de tres días en vez del billete individual.

Foto vía Mural.uv.es