La tradición cultura vienesa

Viena

Viena es una ciudad fina. Se aprecia en su arquitectura de pastel, en sus calles como corredores palaciegos, en sus comercios K & K, en el trato social de sus habitantes … por todas partes se respira una buena educación.

Conciertos, teatros, óperas, exposiciones y museos, denotan también que en la capital de Austria la cultura es algo consustancial a la vida cotidiana. Asimismo, no falta la escena rockera, que el contexto hace parecer más dura, y que cumple su papel catártico en este urbano escenario de valses. Toda una maravilla de una ciudad repleta de arte y cultura.

En arquitectura surgió la revolución de Adolf Loos y, en filosofía, el formalismo de Wittgenstein. En música, el expresionismo dio nombres tan destacados como Alban Berg y Arnold Shönberg.

Por otro lado, Viena fue metrópoli literaria cuando Elías Canetti, Artur Schnitzle, Stefan Zweig, Robert Musil, Hermann Broch, Joseph Roth, Heimitio De Dodederer frecuentaron los elegantes cafés de la ciudad.

En 1918, al finalizar de la Primera Guerra Mundial, Viena se quedó de un plumazo sin imperio, cnovertida en capital hidrocefálica de una de las repúblicas más pequeñas de Europa y vivió años de esquizofrenia.

Entonces, surgió Sigmund Freud, un vienés judío marginado en la Facultad de Viena de la ciudad: el fundado de la moderna psiquiatria. Además, esta época influyó decisivamente en otro personaje nacido en 1890 cerca de Linz, Adolf Hitler.

En la década de 1970, época en que empezaron a sonar conceptos como «minimalismo», «perfomance» y «arte conceptual», surgieron en la capital de Austria las escuelas de la Nueva Pintura («Neue Malerei») y del «art brut» del psiquiátrico de Guggigan.

Finalmente, recomiendo vivamente darse una relajada vuelta por las galerías de arte de esta ciudad centroeuropea, merece mucho la pena. Os maravillará.

Foto vía Viajar por Viajar