En Viena, uno puede acudir a beber y comer en una singular terraza. Se trata de encontra estos oasis verdes dentro de patios de ensueño. Unos lugares que invitan al relax y al disfrute.
En prime lugar, detrás de la tapia del Instituto Francés, se esconde el restaurante francés Flein y su bello jardín. En las noches de verano se puede cenar en este lugar en compañía de árboles centenarios, macizos de flores y especias. Además, la Taberna Glacis se halla en la parte posterior del MuseumsQuartier (Barrio de los Museos). Allí aparece un jardín a la sombra de castaños, plantas trepadoras, fuentes burbujeantes y cocina vienesa. Una maravilla en medio de la capital.
Por su parte, la Taberna Amerling en Spittelberg ofrece un lugar ideal de estilo Biedermeier que se debe disfrutar. En el patio interior hay que sentarse rodeado de una antigua arcada (Pawlatschen) y bajo un grueso techo de hiedra. Además, la vinoteca Josefstadt es un maravilloso oasis verde oculto que ofrece el ambiente de un Heuriger en medio de la ciudad. Parras vírgenes, fuentes, un kiosco y una buena copa de vino dan un ambiente único. Otra opción es la terraza del Silberwirt que se oculta en el Schlossquadrat, un complejo de edificios de la época Biedermeier con un laberinto de dminutos patios.
Por último, sobresale el Restaurante Schnattl, situado en el aburguesado octavo distrito, es un lugar idóneo para comer y beber. Por otro lado, se recomienda acudir el jardín del Mesón Schreiner con su histórico mirador y unas flores silvestres que crecen de manear natural, donde durante la primavera florecen las margaritas. Y algo más moderno es el patio del restaurante de la Ringstrase, el Österreicher im MAK. Un sitio de comedor minimalista que linda con un gran prado, una rareza en el centro de la capital austríaca.
Foto vía Wien.info
